No Somos Libres De Escoger Lo Que Nos Pasa
Las cosas suceden. A veces con un aviso sutil, otras con la violencia de un trueno inesperado. No pedimos el golpe, no firmamos el contrato de los días difíciles, pero ahí están. Inamovibles, indiferentes. Como si el universo jugara sus propias reglas sin preguntarnos si queremos participar.
Y aquí estamos, en medio del caos o la calma, con una única certeza: no controlamos el guion, pero tenemos la pluma. La historia avanza con o sin nuestro consentimiento, pero la forma en que la narramos es completamente nuestra. Podemos ser víctimas del azar o arquitectos de nuestra resistencia. Podemos ser un eco del problema o la voz de la solución. Elegir, aunque suene irónico, es el único poder que no nos pueden arrebatar.
Mira a tu alrededor. Hay quienes se rompen con una brisa y quienes, ante la tormenta, danzan con la lluvia. No porque la tormenta sea distinta, sino porque ellos lo son. Porque entendieron que ser libre no es evitar el dolor, sino decidir qué hacer con él. Algunos dejan que los defina, otros lo convierten en un peldaño. Unos lo llevan como cadena, otros como impulso.
Así que, cuando la vida decida sorprenderte –porque lo hará, sin pedir permiso–, recuerda esto: la historia aún no está escrita. El guion puede torcerse, pero tú sigues con la pluma en la mano. Y lo que hagas con ella, eso sí, es completamente tuyo.
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